sábado, 15 de agosto de 2009

El Poder del Monopolio en los Medios de Argentina

Nada es lo que parece en los medios de comunicación

En argentina los medios de comunicación responden a grandes monopolios que dominan lo que se publica en el país, delimitan los temas que conforman “la actualidad”; e influyen en su desarrollo según sus intereses.

El sistema actual de los medios transforma el concepto de verdad, lo que es esencial en el ámbito periodístico. ¿Qué es cierto y qué es falso en esta época? Este régimen monopólico impone lo que es veraz y lo que no; porque si la televisión, la radio y la grafica dicen que algo es verdadero, entonces lo es, no puede ser de otra manera; pues es real aunque sea falso.
Evidentemente, los conceptos de verdad y mentira han variado con estos monopolios de la información que unifican y centran la información, sin dar opción a un segundo punto de vista. De esta manera el receptor no tiene más criterios de apreciación, ya que sólo puede orientarse consumiendo las informaciones que brindan los diferentes medios, que tienen el mismo discurso; asimismo si todos los medios dicen lo mismo, el sujeto esta obligado a admitir que es verdad.
Un ejemplo perfecto del monopolio existente en los medios de comunicación es la empresa Torneos y Competencias. En ningún país del mundo que tenga seriedad en el ámbito periodístico masivo, se produce un hecho como el que ocurre en Argentina con esta empresa. Porque si bien encontraremos grupos mediáticos dominantes en todos o casi todos los países, también habrá medidas destinadas a poner ciertos límites al avance definitivo de una situación monopólica.
En los medios de comunicación orales en nuestro país, prácticamente todos los periodistas deportivos de los cinco canales de televisión de aire, y televisión por cable, cobran sus salarios en la misma ventanilla. Esta es una situación inédita en el mundo y representa un hecho aberrante que no parece advertirse en las distintas estructuras del poder político.
Cuatro de los cinco canales de aire han sido privatizados (gracias al famoso inciso E del artículo 45 de la Ley nacional de Radiodifusión difundida a comienzos del gobierno de Menem) y además Canal 13 (Del Grupo Clarín) emite el programa central de fútbol de la semana, llamado “Fútbol de Primera”. Esta transmisión, es la que tiene la primicia de la difusión de los goles de los partidos de primera división. Pero todas las producciones deportivas tanto en este canal como en Telefé, Canal 9 y América, también son de TyC, aunque con equipos periodísticos distintos.
Una vez que termina el programa “Fútbol de Primera” se pueden ver los goles, las jugadas más importantes de la jornada y las declaraciones de los jugadores por todos los canales de aire y por los de cable. Este monopolio también genera una sola voz a la hora de analizar los partidos, ya que los domingos a la noche no podemos cambiar de canal para escuchar la opinión que más nos interese. Fútbol de Primera pasó a ser el “programa oficial de la AFA”.
El discurso resultadista y falto de crítica al sistema opera como consecuencia de haberse apropiado de una bandera que tomaron muchos integrantes del grupo fundacional de TyC junto a sus cronistas estrellas en los distintos medios. El problema no reside en que fueran resultadistas o pragmáticos, sino en que son los únicos que pueden ser escuchados. Son los determinadores del poder comunicacional del deporte más popular del país. Incluso podríamos pensar que el desparpajo y parte del show mediático de los relatos acaso correspondan al lógico pavoneo del mismo poder.

Otro paradigma es el Grupo Noble, este es el que posee más cantidad de empresas de comunicación en el país; es dueño del diario Clarín, Todo Noticias (Canal de cable), Radio Mitre y Canal 13, estos, están, dentro de los medios más relevantes que tiene en su poder, a lo que se le suma la reciente adquisición de Pagina/12, que toda la vida fue ideológicamente opuesto, hoy es escrito por la misma “pluma”, igualmente conserva su línea, para no perder a sus lectores. Por otra parte, este mismo grupo es también inversor del diario La Nación con un 33,4% de acciones.

Estos dos prototipos demuestran que nada es lo que parece dentro de los medios de comunicación, y peor aún cuando estas empresas dependen de un monopolio como el grupo Noble o Torneos y Competencia que son los que manejan la dirección de la información y lo que la sociedad puede o no conocer de las noticias diarias que afectan sus vidas.
A su vez, esto está provocando con el correr del tiempo, que el valor particular o individual, que poseía en su momento cada medio de comunicación se este debilitando. Hace apenas unos años atrás se podían contraponer entre sí la prensa escrita, la radio y la televisión; ahora es cada vez más difícil lograr que compitan entre sí, ya que actualmente los medios repiten lo que el otro dice. Así se constituyen cada vez más un sistema único en el que es dificultoso hacer distinciones.

Leer màs...